domingo, 29 de noviembre de 2009

SEMINARIO 10: ADULTOS MAYORES INSTITUCIONALIZADOS

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Institucionalización del Adulto Mayor


El cambio de población más envejecida en la sociedad chilena, plantea nuevos desafíos en salud pública, uno de ellos es el adecuado manejo de los AM que requieren «cuidados continuos (crónicos) o de largo plazo».

Dichos cuidados se pueden realizar en la vivienda propia o en instituciones. Lo observado en los países más desarrollados, es que la mayoría de los AM pretende permanecer en sus propias viviendas, para lo cual se han desarrollado programas de apoyo para ellos y sus familiares, con la intención de evitar o retardar el ingreso a una «institución de larga estadía». A pesar de lo anterior, este tipo de cuidado institucional es una realidad y su número se incrementa cada año en todos los países.

En Chile, se estima que existen 26.854 adultos mayores institucionalizados.


Dilemas éticos


Cuidados oportunos recibidos por el Adulto Mayor en Hogares de Ancianos.

“Baño en grupo”


Beneficencia: La finalidad de la acción es mantener una higiene corporal, la forma en que se realiza no es la más adecuada. Se hace una acción buena, pero transgrediendo la privacidad del adulto mayor, su dignidad y las posibilidades de algún grado de recuperación de autovalencia.


No Maleficencia: Este principio no se cumple. Al ser bañados en grupo, se les expone a riesgos que serían menores si fueran bañados individualmente. Además, el tiempo de espera mientras bañan a uno les expone al frío, y de esta forma a bruscos cambios de temperatura que podrían desencadenar en una enfermedad.


Autonomía: Este principio claramente no es respetado. Ya que no se espera que los adultos pertenecientes al hogar hagan todo lo que puedan hacer, sino que se le brindan atenciones en todos los aspectos, olvidando que pueden seguir siendo personas funcionales tanto física como mentalmente.


Justicia: En el hogar los AM están separados por géneros, así se optimiza que todos reciban la misma ayuda. Esto genera cuestionamientos ya que cada uno requiere atención especial y especifica.


Abandono por parte de los familiares de los Adultos Mayores en Hogares de Ancianos.


No maleficencia: La institucionalización afecta su sentido de pertenencia produciendo desvinculación, lo que puede afligirlo emocionalmente, experimentando sentimientos de soledad y abandono. Para no generar daño se debe mantener las rutinas anteriores, para ayudar tanto a los cuidados físicos como psicológicos de la persona.


Beneficencia: La familia muchas veces piensa que para los adultos mayores al estar enfermos, y no poder brindarles el cuidado necesario, lo mejor para ellos son las casas de reposo, ¿y si el adulto mayor no lo considera beneficioso? Se respetará la beneficencia de la persona siempre y cuando haya un compromiso de la familia, en velar por su bienestar.


Justicia: Desde la posición del AM al ser institucionalizado, no es justo haber dedicado su vida a cuidar a sus hijos como para terminar sus días lejos de ella. Es por esto que se viola este principio el cual es un factor principal en el estado de salud de este.


Autonomía: El AM con alteraciones cognitivas, no tiene la capacidad de tomar decisiones por sí mismo, por lo que muchas veces deben aceptar lo que sus familiares decidieron por ellos, siendo institucionalizados.


Adultos mayores ingresados engañados a Hogares de Ancianos.


Autonomía: en el centro visitado, se respetó, dentro de lo posible. Se determinó que aquellos adultos mayores que no quisieran estar ahí y que contaran con sus facultades mentales, no debían hacerlo, pues no tenía sentido brindar una atención que no era requerida. De esta forma sólo se quedaron aquellos que realmente requerían cuidados.


Beneficencia: No es beneficioso para el AM que entre engañado a la institución ya que su estado emocional se deprime, lo que juega en contra para su salud.


No maleficencia: concordando con el punto anterior el enviar a alguien sin su consentimiento, con la finalidad de ayudarlo, darle una mejor calidad de vida, etc., se convierte en maleficencia una vez que no se escucha lo que esa persona cree mejor para sí misma. Actuar por el otro, aunque sea con las mejores intenciones no tiene validez si no se cuenta con la aprobación del la persona involucrada directamente.


Justicia: Como seres humanos, todos tenemos derecho a elegir, en este caso, más allá de no cumplir con este principio, se transgrede un derecho humano. Sin embargo, a esta acción se debe adherir el compromiso familiar, para que no se institucionalice sólo al adulto mayor, sino que a la familia también


Mala convivencia entre los adultos mayores del lugar.


Beneficencia: Se trata a todos por igual y no se discrimina en la selección por clase social o características de la personalidad, porque se busca por sobre todo hacer el bien a los adultos mayores desvalidos.


No Maleficencia: La enfermera se ve incapaz de castigar a los adultos mayores o negarles asilo por su conducta, aunque tengan actitudes difíciles de tratar.


Autonomía: Cada quien es libre de actuar como guste y es difícil en ese sentido, establecer normas de convivencia entre personas que o bien ya tienen esa conducta instalada de toda su vida o simplemente poseen un deterioro mental que los tiene perturbados y los enajena.


ROL DE ENFERMERIA


La labor de enfermería se hace imprescindible, no solo en la práctica sino también en el aspecto administrativo relacionado con el mejoramiento del bienestar de los adultos mayores que llegan a estas instituciones. Velando principalmente por que los valores y derechos de los usuarios sean respetados y valorados. Además de procurando que los servicios que se brindan sean de calidad, que el personal tenga buen trato y manejo con los adultos mayores y la gestión de los recursos de modo que sean igualitarios para todos. Debe acoger a estas personas y ser responsable por ellos, brindándoles un nuevo hogar en el que estén a gusto y protegidos. Por otra parte orientar a las familias acerca de la importancia que es para los adultos mayores el vivir cerca de sus familiares de modo de reducir la cifra de institucionalización.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Los adultos mayores(AM) que se encuentran en instituciones de acogida son evidencia de una cultura existente en Chile, esta excluye a los AM que alguna vez fueron la gran mano de obra. Es triste imaginar que nuestra propia familia pudiera abandonarnos en especial cuando se es joven, pero no siempre será así y algún día seremos nosotros los AM del país, entonces ¿por que dar tratos indignos a los que son el reflejo de lo que seremos?.
Como profesiónales de la salud debemos velar por este grupo etario, somos la profesión competente para dimensionar las necesidades que presentan, estamos capacitados para crear reformas que les permitan mejorar la calidad de vida y aun más crear cultura social para que no solo nosotros velemos por los AM sino que una sociedad completa.

Fran dijo...

Es triste ver como la tercera edad al ser un grupo desprotegido se vea agredido, cabe cuestionarnos como sociedad el por qué la desvalorización hacia estos adultos considerando que todos llegaremos a esta etapa de la vida.
Ni siquiera los lazos formados durante la vida de estas personas logran ser una medida de protección frente a esta situación.
Considero como un gran desafío para Enfermería el educar a las comunidades sobre la importancia de cuidar a los nuestros y cambiar las percepciones culturales de tratar a la tercera edad como inútiles o un estorbo. Ayudar a recordar que dentro del cuerpo deteriorado no han dejado de ser las mismas personas que nos acompañaron durante toda nuestra vida. O que bien, por el simple hecho de ser personas deben ser tratados con dignidad.

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