Pedofilia: Patrón de comportamiento sexual en el que la fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en alguna otra actividad que consiste en que el placer sexual se obtiene a través de actividades o fantasías sexuales con niños de, generalmente, entre 8 y 12 años. Son generalmente hombres, con una orientación sexual dirigida primariamente a niños, sin apenas interés por los adultos, y con conductas compulsivas no mediatizadas por situaciones de estrés.
Etiología: se han sugerido predisposiciones psicopatológicas, ya que existen antecedentes de violencia familiar, abuso sexual en la infancia de los pedófilos, abuso de drogas, etc. Los psiquiatras han buscado interpretaciones en modelos psicofisiológicos obsesivos, compulsivos, adictivos.
Diagnóstico: Debe descartarse que haya otros desórdenes psiquiátricos, retardo mental, trastornos orgánicos cerebrales, abuso de drogas, que lleven en forma secundaria a este problema. La pedofilia es generalmente un trastorno primario, que se presenta sin patología previa.
Tratamiento:
Psicoterapia orientada a que el pedófilo tome conciencia de su enfermedad, del daño que produce en otros y de sus riesgos personales, familiares, económicos y sociales.
Es una terapia conductual que utiliza métodos aversivos para desplazar la excitación con niños, hacia adultos de cualquier sexo que consientan libremente tener actividad sexual.
Tratamiento orgánico (farmacológico y hormonal) se basa en que la líbido o deseo sexual y la fase de excitación, incluyendo la erección, requieren un nivel normal de testosterona.
Por esta base biológica de la sexualidad, disminuir o antagonizar la testosterona es de utilidad terapéutica mediante:
1. Castración: elimina la principal fuente de testosterona, presenta un bajo porcentaje de recidivas, aunque puede ser contrarrestada por la automedicación con andrógeno.
2. Fármacos antidepresivos: aumentando la serotonina disminuyen la líbido y la excitación sexual, son complemento de la terapia psiquiátrica favoreciendo menos recidivas.
3. Terapia endocrina o castración química: disminuyendo la secreción de andrógenos o interfiriendo su acción en el efector (antiandrógenos) inhiben la libido, excitación y erección.
Ningún tratamiento consigue la curación de la pedofilia. Es necesario realizarlo para disminuir las recaídas y agresiones sexuales. La terapia endocrina es efectiva y menos mutiladora que la castración, sólo si el paciente la mantiene por voluntad propia o coerción legal.
DILEMAS ÉTICOS
¿Decisión voluntaria u obligatoria?
Beneficencia: Si es voluntaria se cumple este principio, ya que se respeta su libertad de decisión. Si es obligatoria sería un beneficio para la comunidad y una forma de protección y tranquilidad hacia todos los niños.
No maleficencia: Siendo voluntario u obligatorio no se cumple este principio debido a diversos efectos adversos que provoca el tratamiento. Para la comunidad tampoco se cumple, debido a que el pedófilo en caso de ser tratado en forma obligatoria puede buscar las formas para satisfacer sus necesidades provocadas por su trastorno anteriormente expuesto.
Autonomía: Si es voluntaria, no se pasaría a llevar la libertad de elección por parte del pedófilo; ocurriendo lo contrario, en caso de ser obligatoria.
Justicia: Es justo si es voluntario porque se le otorgan posibilidades y alternativas de vida que no sea sólo la coartación de su libertad sin un tratamiento integral para su trastorno y a su vez se le está dando una pena a su conducta. Es justo para la comunidad el que sea obligatorio por la protección, seguridad y tranquilidad para la misma.
¿El estado tiene que asumir los costos de la terapia?
Beneficencia: Si los asume, los recursos son mejor utilizados porque se gasta más dinero en mantener a un reo en la cárcel que realizar un tratamiento integral a éste.
No maleficencia: Este principio no se cumple ya que si el gobierno asume los costos, le provoca al pedófilo efectos secundarios que van en perjuicio de su integridad física y psicológica. Desde el punto de vista de la sociedad, sea vista la castración química como la solución a este problema y al no existir impedimentos del orden económico en su aplicación podría volverse obligatoria.
Autonomía: Si fuese un procedimiento voluntario: si el estado asume los costos le entrega opciones al abusador, pudiendo tomar una decisión libremente respecto de su futuro. Si fuese obligatorio: este principio no se cumple ya que el abusador no tiene opción de escoger y debe someterse al tratamiento.
Justicia: Desde el punto de vista de los niños afectados, si el gobierno asume los costos estaría dando a ellos una mayor seguridad y protección. Desde el punto de vista económico de los abusadores, sería justo que el estado asuma los costos ya que se garantizaría un acceso y atención igualitaria.
¿La castración química es efectiva contra la pedofilia?
Beneficencia: Puede otorgar un bien, entregando seguridad psicológica y emocional al pedófilo, ya que controla sus impulsos en cierta medida. Por otro lado, este método puede entregar seguridad psicosocial a la comunidad, disminuyendo las posibilidades de reincidir y sumar nuevas víctimas a este delito.
No maleficencia: No se cumple para el pedófilo, puesto que los efectos secundarios son conocidos y evidentes.
Autonomía: Este principio se cumple si el pedófilo decide someterse al tratamiento, siempre y cuando éste se implemente de forma opcional.
Justicia: Es justo que sea efectiva, tanto para la sociedad como para el pedófilo. Para la sociedad porque disminuye la probabilidad de reincidencia. En el caso del pedófilo, siempre y cuando el tratamiento al cual sea sometido asegure su integridad física y psicológica.
¿La castración química en Chile?
Beneficencia: Disminuye la frecuencia de abusos sexuales en niños por parte de un pedófilo, ya que ayudaría a controlar la pedofilia.
No maleficencia: Si se implementa, se cumple este principio, porque los niños abusados tendrían tranquilidad, y la certeza de la disminución del riesgo que les vuelva a ocurrir uno de estos episodios.
Autonomía: Si se implementa, se cumple este principio por las opciones que se les da al condenado, y más protección, tranquilidad y seguridad a la comunidad. Si no se implementa los condenados no tendrían derecho a optar a otra pena que no sea la coerción de su libertad, pasando a llevar este principio.
Justicia: Si se implementa sería justo para los niños ya que les da tranquilidad; y al condenado, se le da una opción de vida sin privación de libertad y un tratamiento integral para mejorar su calidad de vida. En caso contrario no sería justo para ninguna de las dos partes.
ROL DE ENFERMERÍA
Además de implementar el tratamiento integral para pedófilos en Chile, Enfermería puede gestionar el otorgamiento de insumos y la coordinación con otros especialistas. Llevar un catastro y seguimiento de estos pacientes, ya sea trabajando para una institución dedicada a este tratamiento o en el grupo de Enfermería de cárcel en los cuales se trate a estas personas.
El profesional Enfermero que trabaje en esta labor debe tener una actitud absolutamente indiscriminatoria al tratar a estas personas. Debe tener presente que no puede dar un maltrato o juzgar a un paciente en su atención en cualquier lugar que esté, sino que tener las competencias o herramientas necesarias como mecanismos de afrontamiento y nivel de madurez emocional para dejar de lado los prejuicios que este tema produzca dentro de la moral individual
1 comentario:
REFLEXIÓN
Debido al hecho de que en la mayoria de los casos la pedofilia tiene un trasfondo psicológico, en el cual la persona siente deseos sexuales hacia los menores, es muy difícil rehabilitarlos a traves de la esterilización, la castración en estas personas no es la solución real para el problema pero disminuira en gran medida las consecuencias que puede traer ese comportamiento como por ejemplo un embarazo en las niñas atacadas. Por otra parte se tiene conocimiento que esa condición, los pedófilos la van a tener que sobrellevar toda su vida y principalmente el autocontrol es lo que tienen que trabajar en mayor medida. Como equipo de salud se debe prevenir y administrar la terapia psicológica, hormonal y farmacológica necesaria para que esta persona tome conciencia acerca de su condición como una enfermedad.
Laura Jira T.
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