miércoles, 9 de septiembre de 2009

INVESTIGACIÓN EN LOS ANDES: ACUSADA DE EUTANASIA AFIRMA QUE NO QUISO MATAR A ANCIANA


Eileen Torrealba admitió haber inyectado una dosis de insulina a la paciente terminal, pero aseguró que lo hizo "para aliviarla".


LOS ANDES. – En medio de sollozos, la paramédico Eileen Torrealba Farías (22) declaró ayer que nunca tuvo la intención de matar a Laura Guajardo Guajardo, de 84 años, quien falleció el 20 de noviembre de 2006, por una dosis de insulina inyectada por la joven, y lo que motivó el primer juicio oral por presunta eutanasia o muerte asistida en la historia de la Reforma Penal chilena.

Por este hecho, ocurrido en el Hospital San Juan de Dios de Los Andes, también está imputada la paramédico Ana Quiroz Rojas (50), quien habría entregado el frasco de insulina a Eileen Torrealba para que ésta lo administrara a la paciente, que estaba inconsciente y en estado terminal.


"Nunca quise quitarle la vida a la abuelita. Como ella era diabética, pensé que tenía una glicemia muy alta y que la insulina podría aliviarla... Ella estaba abandonada por su familia, no recibía alimentación ni medicamentos. Se encontraba en estado de sopor y con una septicemia generalizada", dijo la imputada entre llantos.


La paramédico, ex alumna de la carrera de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, admitió haber inyectado insulina a la mujer, pero insistió en que lo hizo sin intención de darle muerte.


"La abuelita ya no estaba recibiendo tratamiento. Tenía todo el cuerpo lleno de heridas, nunca había visto a una persona en un estado como ése", aseguró ante el Tribunal Oral.


Al asumir su turno ese 20 de noviembre, a Eileen Torrealba se le informó que Laura Guajardo se encontraba en muy grave estado y que podría morir en cualquier momento.

En la audiencia, la joven aseguró que Ana Quiroz -paramédico con 16 años de experiencia- le entregó el frasco con insulina cristalina, diciéndole: "Hazte mujer, inyéctaselo todo". No obstante, Torrealba sostiene que sólo administró 0,6 cc del medicamento, y con el propósito de aliviar a la paciente.


"Si hubiera querido quitarle la vida, le habría inyectado todo el frasco", sostuvo.


Su testimonio no coincide con el de Ana Quiroz, quien aseguró al tribunal que nunca instruyó inyectar a la paciente, sino que sólo se limitó a entregar la droga a su compañera.
El fiscal Navarro solicitó una pena de 10 años de prisión para Ana Quiroz y de 5 para Eileen Torrealba, como autoras del delito de homicidio calificado en grado de consumado.

2 comentarios:

Grupo Esperanza dijo...

Laura Jira Torres:

Si bien expresan el deseo de querer aliviar a la anciana nunca dicen las involucradas que deseaban darle una muerte tranquila, es bastante complejo analizar este tipo de casos ya que hasta cuando es prudente mantener a alguien con vida cuando la calidad de esta es mínima? pero por otra parte nos corresponde a nosotros decidir eso? Si bien por lo general las personas queremos hacer el bien esta no es la manera ya que desde el punto de vista religioso puedo decir que Dios nos da la vida y solo él la quita. Además si realmente fue eutanasia premeditada se puede decir que adoptan los principios bioeticos desde su perspectiva a una persona que ya no es autonoma dandole lo que ellas creen es justo e intentando hacer un bien para que pudiera finalmente descansar

Grupo Esperanza dijo...

¿Qué podemos decir del accionar de estas mujeres? ¿Principio de beneficencia o no maleficencia? la verdad es que aunque no se desee colocar en una postura, creo que los profesionales de la salud, sobre todo enfermeras, no pueden atribuirse la decisión personal sobre algún procedimiento, o realizarlo por lástima, confundida con caridad, ya que para eso existe un comité de bioética en donde se hablan estos temas. Sin embargo, no podemos juzgar la acción, por mucho que a los ojos de los demás haya sido errónea, siempre tenemos que dar la oportunidad de expresarse a la contraparte...
Karla Arancibia A.

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